Una herencia quesera
El arte de hacer queso
Todo empieza con la leche cruda de oveja, recogida a diario de ganaderías de confianza en la comarca de Montes y Torozos. Utilizamos leche de razas castellana y churra, por su calidad, su riqueza en grasa y su vínculo con nuestra tierra.
A esa leche, no le añadimos más que cuajo natural y sal. Nada más. No pasteurizamos, no aceleramos el proceso. Porque creemos que lo que da sabor de verdad es el respeto por lo esencial.
Después, moldeamos el queso y lo dejamos reposar. La maduración se realiza sobre tabla de madera, en cámaras con temperatura y humedad controladas, durante semanas o incluso meses. Es ahí donde el queso desarrolla su textura, su aroma y su sabor tan característico.
Cada pieza se gira a mano, se vigila, se cuida. No trabajamos con prisa. Aquí los ritmos los marca la naturaleza, no las máquinas. Por eso nuestros quesos son limitados y únicos. Porque lo artesanal no se puede industrializar.
Un proceso 100% artesanal que empieza en la tierra y termina en tu mesa